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"BABYGIRL": Entre el poder y el Deseo

Dirigida por Halina Reijn (Bodies,bodies,bodies), bajo el sello de A24, Babygirl es la nueva propuesta para revivir el género de thriller erótico, que combina una historia provocadora con una estética cuidadosamente construida.


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La película sigue a Romy (Nicole Kideman), una ejecutiva exitosa cuya vida profesional de alto rango contrasta profundamente con una insatisfacción sexual que se convierte en el centro de su conflicto personal. Todo se desestabiliza con la llegada de Samuel (Harris Dickinson), un joven pasante cuyo atrevimiento despierta en Romy deseos reprimidos, llevándola a explorar dinámicas de poder tan irresistibles como peligrosas.


Kidman ofrece una interpretación profundamente matizada, logrando transmitir con precisión las tensiones internas de su personaje, Romy. Harris Dickinson, por su parte, entrega una actuación sobresaliente que equilibra vulnerabilidad y confusión. Según palabras de la propia directora Halina Reijn, Dickinson interpreta a “alguien que es increíblemente vulnerable y también confundido sobre lo que se espera de él. Como lo están muchos hombres en este momento”. Finalmente, la elección de Antonio Banderas resulta igualmente acertada, ya que, aunque sus intervenciones son breves, su presencia es precisa y logra aportar a la trama.


Uno de los temas más interesantes que la película pone en debate es el consentimiento, tratado desde una perspectiva fresca y relevante. A través de diálogos que pueden parecer intencionalmente reiterativos, el guion refuerza la importancia de este tema, algo que, en el contexto de las tensiones de poder y deseo de la historia, adquiere una fuerza notable. Esta elección no es accidental, sino parte de una estructura que refleja el ojo crítico de Reijn en una industria donde el consentimiento ha sido un punto a tratar en los últimos años. Post era #MeToo es particularmente significativo que este enfoque provenga de la mano de una mujer en la dirección, quien aporta honestidad y representación a un tema tan esencial como polémico.


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Desde la visualidad, Babygirl destaca con creces. La dirección de fotografía de Jasper Wolf (Monos) captura una atmósfera inquietante y sensual que realza las tensiones de la trama, con una cámara intrusa pero cuidada, mientras que el montaje de Job ter Burg (Vigilantes) sostiene un ritmo preciso que mantiene un equilibro en el vaivén de lo prohibido y lo inevitable. Otro aspecto que merece reconocimiento es la banda sonora, que incluye clásicos de los años 80 como "Father Figure" de George Michael, otorgándole a Harris Dickinson uno de esos momentos cinematográficos que permanecerán por un tiempo en la retina de quienes la vean. 


En el contexto de la era digital, el estreno de Babygirl estuvo acompañado por una campaña de marketing que logró posicionar a la película como un fenómeno de RRSS. Elementos visuales cuidadosamente seleccionados, como el ya icónico vaso de leche, se han convertido en símbolos representativos de la cinta. Este nivel de detalle demuestra cómo A24 y su equipo han sabido aprovechar la estética como herramienta estratégica para captar la atención del público, un enfoque que evidencia el crecimiento del cine independiente en el terreno de las grandes campañas comerciales.


Por último, la película aborda un tema poco explorado: la insatisfacción sexual. En este sentido, Halina Reijn parte de la idea de la "brecha del orgasmo", un concepto que evidencia las desigualdades en el placer sexual, y lo utiliza como punto de partida para construir una historia que desmantela tabúes y explora la sexualidad desde una perspectiva vulnerable y humana. Más allá de lo "sexy", muestra el deseo como un terreno lleno de complejidades emocionales, inseguridades y pulsiones que rara vez se representan con honestidad en el cine.


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Babygirl es un thriller erótico que combina provocación, estética y reflexión en un equilibrio cautivador. Con una dirección que no teme abordar temas incómodos, Halina Reijn nos entrega una obra que invita a explorar los límites de lo aceptable, dejando una impresión duradera que trasciende la pantalla.

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